Charla en el Manolo Hugué

¡Y treinta y cinco! Esta mañana he visitado a los chavales de 2º del instituto Manolo Hugué de Caldes de Montbui para charlar sobre La tempesta. Hemos realizado el encuentro en la Sala Noble de Can Rius, el antiguo comedor de un balneario en desuso que destilaba glamur y elegancia. Durante la charla, se ha producido una situación que muy pocas veces ocurre: una alumna ha reconocido públicamente que la historia de Nahara la ha hecho reflexionar sobre la actitud hacia su propia madre y que al acabarse el libro le pidió perdón. Más tarde, otra chica también me ha explicado en privado que se disculpó con su madre por una mala actitud que había tenido años atrás. ¡Es fantástico descubrir el poder reparador que puede ejercer la literatura en nuestras vidas! Como anécdota graciosa, un chico me ha asegurado que visitó el pueblo de Vilaroca con la furgoneta de sus padres, aunque no ha sabido precisar dónde se encontraba el pueblo. Nos hemos echado unas risas cuando he desvelado que este pueblo es totalmente inventado. Aún me pregunto qué pueblo debía visitar… Después de la foto, he firmado libros y me he hecho selfis con unos alumnos muy entusiasmados, que se han mostrado agradecidos y animados con mi visita. Incluso uno de ellos me ha prometido que me hará la banda sonora de una posible película de La tempesta. ¡Gracias por vuestro apoyo! Y gracias, Roser, por continuar año tras año creyendo en mi novela. ¡Un besazo!